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miércoles, 6 de junio de 2007

ZENON EN LA LIGA NACIONAL

Zenón en la Liga Nacional


Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Zenón Ochoa formó parte activa de aquella recordada Liga Nacional Mexicana que el 14 de marzo de 1946 fue reconocida como el primer circuito azteca en el béisbol organizado y en cuya presidencia estaba Fernando N. Maldonado.

La Liga Nacional era considerada hasta ese año clase B y tuvo por equipos a Chihuahua, Cd. Juárez, que fue el campeón, El Paso, Texas y de la Cd. De México.

El circuito se fundó en 1944 pero para el 47 dejó de funcionar y según se dice, fue apoyada por las Ligas Mayores para presionar a Jorge Pasquel a fin de que desistiera de contratar a sus jugadores, versión de la cual no está de acuerdo Zenón.

Cabe destacar que la Liga Mexicana trabajó como Independiente de 1925 a 1954 ya que el 25 de enero de 1955, con clasificación A, fue admitida por la Nacional Association y luego a partir de 1967 ya fue reconocida como Triple A. (Enciclopedia del Béisbol Mexicano/Pedro Treto Cisneros).

Pero bien, mejor vayamos de nuevo a la interesante charla con el gran veracruzano miembro del Salón de la Fama del Deportista Sonorense y avecindado en esta capital:

Dejó a los Sultanes

Después de brillar y formar parte de los títulos obtenidos en la Liga Mexicana con Agrario (1935), Córdoba (1939) y Monterrey (1943) donde también fue subcampeón el 42 y el 44, en 1945 tras recibir un pelotazo en la cara durante la práctica de bateo que le ocasionó una fractura leve en la frente que le mantuvo inactivo unos 17 días, el 31 de mayo dejó al equipo para incorporarse a la Liga Nacional como mánager-jugador del equipo Parral donde por cierto capturó el título de bateo con .378.

“Me ofrecieron $700.00 de sueldo mensual, y pues no los iba a dejar ir ya que con Monterrey sólo ganaba $250.00”, expresó el gran Zenón.

Para la siguiente temporada fue invitado por Alejo Peralta para que también dirigiera y jugara con los “Aztecas”, tocándole el 14 de marzo estar en la jornada inaugural de lo que era el tercer campeonato de ese circuito en el parque Nonoalco de la Cd. De México.

“Sin embargo, el 27 de abril estando en Cd. Juárez se disolvió el equipo por pérdidas económicas, quedando los jugadores a disposición de la Liga para colocarnos en otros equipos”.

El 1 de mayo empezó a jugar con los Indios de Cd. Juárez y luego pasó a Saltillo, también como mánager-jugador.

Hazaña: Lanzó en relevo 16 1/3

Fue esa ocasión cuando tuvo memorable partido para Saltillo contra Cd. Juárez (14 de julio) lanzando desde la tercera entrada en relevo a Memo López por espacio de 16 1/3.

Ese histórico duelo quedó empatado a 7 carreras en el capítulo 19 por falta de luz natural del día. Por los Indios lanzó desde la décima Conrado Marrero, también jugador y timón de los aborígenes de esa época.

Respaldo de empresarios

Zenón dice que a la Liga Nacional la apoyaron los empresarios mexicanos “pero no creo que el béisbol de Ligas Mayores”.

Y dio ejemplos: cita que el equipo de Cd. Juárez fue patrocinado por el jefe de la Aduana; a Parral, un empresario minero y el de Saltillo, un gran comerciante de esa región.

Recuerda que en ese circuito vieron acción grandes jugadores, como Fernando “Cocuite” Barradas, Luis “Molinero” Montes de Oca, Víctor Manuel “Pingua” Canales, Memo Garibay, Memo López, Pepe Bache, Felipe “La Muñeca” Iturralde y peloteros procedentes de Cuba. “Algunos llegaron a la Ligas Mayores y otros tienen hoy nichos en el Salón de la Fama en Monterrey”.

“Jugábamos los fines de semana y “nos fajábamos”, entregándonos en cuerpo y vida ganándonos el pan de cada día”, expresa evocando aquellos días.

Domingo Santana

También recordó a Domingo Santana, de quien dijo fue un pelotero delgadito, muy fino, vivo e inteligente para jugar, además de gran segunda base.

“No le tenía ningún respeto a Martín Dihigo. Usaba un bat 33, “de botella” y le tocaba la bola cuando quería. Por ello, era común que “El Maestro” siempre le dijera, “oye chiquito, hazte un poquito para atrás, no quiero darte un pelotazo”.

Afirma que pocos conocen el hecho de que en 1961 Héctor Espino se hizo acompañar de Santana para hablar y tratar de convencer a Anuar Canavati de que le levantara el castigo porque lo tenía fuera de la temporada con los Tuneros de San Luis Potosí en la Liga Central, donde ganaba 2,500 con los Tuneros. El magnate regio sólo le ofrecía 1,800.

“Todos ya sabían del enorme poder y talento de Espino. Cuando estuvo en el parque Cuauhtémoc, yo estaba ahí como ampayer y después de que terminó el juego, fui a cenar y me encontré a Domingo Santana en un restaurante, acompañado de Espino: “Me lo presentó y me dijo: “va a ser muy bueno”.

Su máximo admirador

Santana era el mánager de los Tuneros, sucursal de los Sultanes en la Liga Central y era uno de los máximos admiradores de Espino. “Es joven y hará cosas realmente interesantes en la Liga Mexicana; está listo para iniciar una gran carrera”, advirtió en esos días.

Lo cierto es que finalmente en ese verano del 61 Canavati no le levantó el castigo con San Luis, por lo que los directivos del Club Naranjeros de Hermosillo viajaron a Monterrey para llegar a un acuerdo con el dueño de los Sultanes, quien accedió a la petición de que le volviera permitir que jugara en invierno con ellos donde una temporada antes había impactado por su enorme bateo.

En aquella campaña del 60-61 Espino había debutado con enorme éxito ayudando a Hermosillo a ganar el primero de dos campeonatos seguidos; esta vez con sus títulos de bateo (.380), jonrones (10), imparables (70) anotadas (37), perdiendo la Triple Corona al quedar segundo impulsadas (38) por las 41 de su compañero de equipo, Juan de Dios Villarreal. Y no fue Novato del Año porque ese premios e lo dieron a Héctor Rodríguez, de los Rieleros de Empalme, quien ¡sólo bateó .232 milésimas!

La historia que seguiría en el verano del 62 con los Sultanes, –“ya en paz” con Anuar – iba a ser también formidable: su enorme liderazgo ofensivo llevaría de la mano a su quinto banderín en su historia; algo que no gozaban desde la lejana campaña del 49. Espino obtendría ese año los premios como Novato del Año y JMV… nomás.

Y lo que falta…

Hasta aquí esta vez con la historia de Zenón; pero déjeme decirle algo más: además de su faceta de ampayer, de lo que ya he escrito en su oportunidad, faltará publicar su otra etapa en su notable carrera: la de promotor de béisbol infantil.

Sin duda, como siempre ha dicho su amigo y admirador de la bella Alvarado, Marcelo Mojica Cruz, “A Zenón lo podemos conceptuar como todo un trabajador, incansable, del béisbol”.

Imagine todo eso, toda una vida dentro del deporte rey que inició como pítcher aficionado en 1932 en su natal Alvarado, a la ribera del hermoso Río Papaloapan.

Zenón Ochoa, sí, hoy significa toda una leyenda viviente a través de generaciones y del béisbol actual.

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