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miércoles, 13 de junio de 2007

LA ANABE Y EL HOUSTON JIMENEZ

Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Alfonso “Houston” Jiménez ya tiene reservado para julio próximo un nicho de oro en el Salón de la Fama con sede en Monterrey.

Una votación mayoritaria de los cronistas y especialistas de béisbol le ha llevado al Recinto Sagrado por sus méritos y trayectoria tanto en la pelota mexicana como de EU.

Pero lo que me llama la atención es lo siguiente:

“Houston” representa en el tiempo aquella pléyade de jugadores que en 1980 impulsaron el famoso movimiento de la Asociación Nacional de Béisbol (ANABE) y la primera y hasta hoy la única huelga en contra de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) que luego creo la Liga Nacional, un circuito paralelo a la Mexicana de Béisbol que existió entre 1981 y 1986.

Y precisamente, “El Houston” fue uno de participantes de aquel movimiento que marginó de la pelota profesional a una inmensa cantidad de grandes peloteros que lucharon por mejores condiciones salariales, seguro de vida y una pensión para cuando llegar el momento de su retiro.

Lo cierto que el tiempo pasa y todo se ajusta a su real lugar: el talento y capacidad para jugar béisbol, finalmente tiene hoy al “Houston” Jiménez en el Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México.

Hay que recordar cómo aquel movimiento y circuito de la ANABE no pasó más allá de 1986 y la mayoría de sus peloteros, con algunas excepciones como el “Houston” Jiménez y Eleno Cuén, fueron perdonados por la Liga Mexicana.

Los equipos que participaron en esa liga fueron los Azules de Veracruz, Metropolitanos Rojos de México, Pericos de Puebla, Alacranes de Durango, Tuzos de Zacatecas, Sabinas, Forrajeros de Celaya y Halcones de Gómez Palacio, Durango.

Pero, sobre ese pasaje histórico donde incluso Héctor Espino fue invitado por los hueguistas para dirigir aquel movimiento, hay demasiado que contar. Incluso, paralelamente, otro pelotero ilustre como Ramón Arano, también hizo pública su postura de que los beisbolistas se organizaran principalmente para crear un fondo de retiro

Pero, sobre esta temática, he de decir algo más:

Una Asociación de Peloteros

No debe estar lejos el día en que en el béisbol de México, especialmente el de verano de la Liga Mexicana, veamos la formación de una Asociación de Peloteros.

De momento, Vinicio Castilla, Jorge Cantú, Benjamín Gil y Teodoro Higuera encabezan esa idea y proyecto defensor de los derechos de los peloteros mexicanos.

Incluso, debe saberlo, algunos directivos del béisbol mexicano ven con buenos ojos y sentimientos la idea de conformar tal organización, incluyendo a una gran cantidad de cronistas especializados en el deporte rey de todos los rumbos del país.

Obviamente, se piensa en la seguridad social y económica de nuestros peloteros aztecas, incluyendo, claro está, para cuando “cuelgan los spikes”.

La revaloración al pelotero mexicano, sin duda, perfila este noble proyecto.

El propósito es dejar en el pasado el hecho de que cuando los jugadores se retiran de la pelota activa quedan a merced de la crítica o alabanza; la estadística, los buenos saludos, homenajes y recuerdos… pero marginados y dejados de la Mano de Dios en el olvido y con muy serias dificultades económicas –e incluso enfermedades–, sin que nadie les ayude.

¿Cuántos casos tenemos de peloteros que jugaron por años y años y cuando se retiraron los circuitos del béisbol profesional los ha tenido en el olvido total?

La idea es que este proyecto, de que en el béisbol mexicano se tenga una Asociación de Peloteros, no quede en el tintero, los buenos deseos y menos guardado entre los archivos.

Riqueza de antecedentes

Ya en los 50’s aproximadamente 100 jugadores encabezados por “Cochihuila” Valenzuela, del Alijadores de Tampico, intentaron hacer una sociedad mutualista para proveerse de salud y pensión.

Los salarios bajos, particularmente en comparación a jugadores extranjeros, fue algo que los orilló. Pero presiones y amenazas de los propietarios arruinaron el esfuerzo encabezados en contra-ataque por el magnate Jorge Pasquel y ejecutivos de otros deportes.

En 1961 una organización llamada Mutualidad de Peloteros Profesionales Mexicanos también falló cuando los propietarios rehusaron contribuir con fondos a la sociedad y congelaron ese movimiento.

Habría después otros intentos, pero sin fructificar, hasta que llegó el más fuete e impactante de todos.

La famosa ANABE

Fue en 1980 cuando Ramón “El Abulón” Hernández encabezó ese ideal que ahora retoman algunos estelares del béisbol actual como Vinicio Castilla.

En aquella década, los peloteros se enfrentaron abiertamente al pragmatismo y cacicazgo de los altos directivos de la Liga Mexicana de Béisbol encabezada por Alejo Peralta, el propietario de los Tigres de México, así como la mayoría de los propietarios de las franquicias del circuito y, en medio de la tormenta y las presiones/represiones, fundaron lo que se llamó Liga Nacional de la ANABE. El presidente del circuito veraniego era Antonio Ramírez Muro.


El dato histórico nos dice que fue el 12 de mayo de 1980 cuando se creó la ANABE) y quienes formaron su Mesa Directiva fueron Ramón “Adulón” Hernández, Rafael Barrón, Maximino León, Juan Navarrete, José Luis Naranjo y Nelson Barrera.

En aquel movimiento estuvieron involucrados peloteros la mayoría de los jugadores de los Angeles de Puebla que un año antes habían sido campeones al vencer en siete juegos a los Indios de Cd. Juárez.

Vamos a la historia ¿no?:

En ese gran equipo estaban el mánager Jorge Fitch, Fernando López, Pablo Gutiérrez Delfín, “Zamorita” Hernández, Héctor “El Ratón” Zamudio, Pepe Elguezabal, Alfonso “El Houston” Jiménez, Jorge “Zamorita” Hernández…. Entre otros, que se aglutinaron en torno a los ideales del movimiento que impactó la estructura del béisbol mexicano.



Luis Meré, Jorge Fitch y René Chávez

Otros peloteros que participaron en aquella aventura serían Luis Meré, Eleno Cuén, René Chávez, el mismo “Houston” Jiménez, Porfirio Salomón, Luis Fernando Guzmán, Abelardo Balderas; los receptores Arturo Rey y Rafael Barrón; Antonio Pulido (+), Martín Terrazas, Leo Rodríguez Jr…. ¡y cuántos más!
El primer acto de rebeldía

En esos días yo trabajaba para El Dictamen, de Veracruz y me tocó vivir de cerca esos difíciles momentos para el béisbol mexicano y nunca olvido cuando los Angeles de Puebla se rebelaron y no quisieron salir al terreno de juego en un partido nocturno contra El Aguila en lo que fue el viejo y ya desaparecido Parque Deportivo Veracruzano. Ello ocurrió el domingo seis de abril de aquel año.

Esa noche, en medio de reproches y apoyos de la fanaticada jarocha, fueron escoltados desde el estadio hacia el Penal de Allende y ahí los tuvieron encerrados en la Comisaría de la Policía Municipal por varias horas, en tanto me mantenía pegado a la barandilla, con mi libreta y grabadora en mano, siguiendo los acontecimientos.

El movimiento prácticamente había explotado en una lucha que abanderaba mejores condiciones sociales y económicas para los peloteros, particularmente proyectando una protección al momento de su retiro del béisbol activo, entre otras demandas.

Luego vendría la huelga de jugadores, siendo calificada como “uno de los años más negros de la Liga Mexicana”, la que decidió realizar una temporada extraordinaria con Torreón, Saltillo, Cd. Juárez, Tigres, Coatzacoalcos, y Reynosa. Los Saraperos serían los campeones, pero su título no ha sido reconocido por el béisbol organizado.

Nuevos tiempos

Hoy, Vinicio Castilla pretenden impulsar ese proyecto de asociación que le permita, reitero, mejorar las expectativas económicas del pelotero mexicano.

Por fortuna, de acuerdo a los nuevos tiempos que hoy se viven en la pelota profesional, directivos de la Liga Mexicana como Roberto Mansur, ven con buenos ojos la creación de la asociación de peloteros.


Roberto Mansur

Lo único que proponen y están en lo correcto, es el hecho de que no se convierta en una organización de choque/enfrentamiento, si no más bien de una mejor comprensión entre directivos y jugadores.

El presidente ejecutivo de los Diablos Rojos de México vivió en carne propia aquel movimiento del 80 y de aquella época, recuerda:

“Fue un periodo muy doloroso para el béisbol, pero ahora se trata de nuevas mentalidades y con una mejor preparación de ambas partes después de que antes del 1980 había directivos que abusaban de su posición y se agredía al pelotero”.

¿Cómo la ve mi estimado lector?

miércoles, 6 de junio de 2007



gratos comentarios para zenon

Zenón Ochoa:

Su pasión por el béisbol


Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Como lo esperaba: han llegado gratos e interesantes comentarios en torno a la figura de Zenón Ochoa.

El primero, del maestro Marcelo Mojica Cruz, desde la hermosa Alvarado:

“Un saludo, Jesús, desde la tierra de don Zenón:

En efecto, no se ha reconocido como es debido el esfuerzo ni la entrega de estos próceres de esa época, cuya única misión era jugar con pasión al béisbol. Don Zenón y tú les rinden ahora un homenaje, pequeño pero profundo.
Un abrazo: Marcelo.
Don Carlos, desde Mérida:

“Jesús, creo que Zenón es la última figura que nos queda de aquel béisbol que vivimos, en parte, en nuestra juventud.

Sus ideas son excelentes pero en la realidad sería una lista de nombres que iría de Guaymas a Mérida y faltaría espacio. Pero por algo se ha de empezar.

Entre ellos menciona a Segundo “Pitrito” Crespo, hermanito de el inmenso Alejandro, también hermano de Juan “Bibí” Crespo, que llegó a la Liga Peninsular en la temporada de 1946-47 de la Liga Peninsular.

En una revista de béisbol de Cuba que llegaba a Mérida, había una con la fotografía de “Bibí” y más o menos en el pie de foto decía que “si iba a ver los juegos amateurs, que se fijarán en este pelotero toda una sensación”. Crespo militaba con el combinado Cerro-Víbora.

Claro que es innegable la buena memoria de don Zenón. Como quisiera yo llegar a esa edad y con su lucidez.

También por lo que has escrito sobre Zenón, te puedo comentar que estuvo en la Liga Peninsular en la temporada 1948-49 al frente de los “Cardenales” de Motul a los que llevó al Campeonato. Actuó esporádicamente como lanzador e inicialista. Fue una temporada inolvidable.

Su propietario, don Juanito B. Sosa Cardeña, se dio el lujo de firmar nada menos que a Roberto Ortiz y a Sandalio Consuegra, quienes no pudieron alinear con los “Azules” del Almendares y “Monjes Grises” del Marianao, respectivamente, por haber desertado del béisbol organizado y firmado con Jorge Pasquel.

Te platicaré como se coronaron en una final electrizante, pues en ninguna forma “robaron” el campeonato y tuvieron que luchar con los “Tiburones” de Progreso, manejado por otro inolvidable mánager-jugador, Manolo Fortes que llenó páginas en la Liga Peninsular. Tema de otra plática.

Otros detalles

Mira: Te enviaré la nota del primer juego de Julio Molina. Por cierto, acabo de recibir del “Diario de Yucatán”, una fotografía tomada ahora en Veracruz, de Enrique Izquierdo y “Borrego” Alvarez. El tiempo no pasa en balde.

También te diré que felicité por teléfono a nuestro mutuo amigo Luis Weller por el reconocimiento recibido ahora en el programa festivo del Juego de Estrellas en Veracruz y se mostró agradecido de mis expresiones sobre su calidad de persona.

Nos conocimos en el año de 1970 en México durante la primera reunión de anotadores de la Liga Mexicana. En ese entonces era yo el que ocupaba dicho cargo en Mérida.

Saludos: Carlos Castillo.

Y de Héctor Zaragoza, de Coatzacoalcos

Me es muy grato volver a tener contacto contigo, en esta ocasión tengo la gran oportunidad de saber de Zenón Ochoa y solicitarte me indiques, cómo se encuentra a sus casi 95 años de edad.

No tengo el gusto de ser amigo de Zenón Ochoa, puesto que lo conocí cuando yo hacía mis pininos en radio y prensa, precisamente en deportes, en los años 60 y tuve la oportunidad de verlo actuar como umpire.

Recuerdo algunas anécdotas actuando en el béisbol de la Liga Invernal “Beto Avila”, donde se refugiaban todos los peloteros de la Liga Mexicana que no encontraban o no querían asistir a otras ligas.

Anécdota con “Becerril”

Una de ellas fue el hecho de que bateando Miguel Becerril Fernández, el “Clipper de Las Choapas”, dejó pasar un lanzamiento y Zenón Ochoa le cantó strike, lo que no gustó al “Becerro de Oro”, reclamándole a Zenón que era el umpire principal:

¿Qué no vez, la pelota pasó muy alta?, rápido le dijo, a lo que Zenón le contestó, “si yo viera, estaría en tu lugar como bateador”. Esto no lo escuché; me lo contaron personas que estuvieron cerca de la escena.

En esta pelota de la Liga Invernal “Beto Avila”, jugaban en equipos como Petroleros de Minatitlán, Elefantes Grises de Jáltipan, Rojos de Veracruz, Chileros de Xalapa, Azucareros de Martínez de la Torre y Millonarios del Puerto México, que es Coatzacoalcos.

Estas novenas contaban con excelentes peloteros como lo fueron Becerril Fernández, Raymundo Garza, “Mulo” Alvarado, José Luis Naranjo, Memo López, Marte de Alejandro y otros que escapan a la memoria, pero que fueron excelentes, entre ellos un chamaco de Monterrey que había sido galardonado en fuerzas juveniles y al que le decían “Titino” Cuevas, así como un excelente jugador de la hoy Villa de Allende, en esa época Congregación de Coatzacoalcos, que como novato lució y se llama Mario Herrera.
Minatitlán contaba con gente como “Panchillo” Ramírez, que era el as del pitcheo; Luis Tiant, “Pasitos” Echeverría, Fernando Graham, que por esta región vive en un rancho cerca de la Venta, Tabasco, así como otros grandes peloteros.
Jáltipan se dio el lujo de tener a Rubén Amaro, antes de partir a lo Estados Unidos y jugar en Las Ligas Mayores.

Hay más recuerdos y pronto estaremos en contacto. Me da mucho gusto saludarte. Dentro de unos días más tendré en este puerto a mi hija y su esposa, así como al nieto, pues pasaran unos días en tu casa.

¡Saludos!: Héctor Zaragoza López.

ZENON EN LA LIGA NACIONAL

Zenón en la Liga Nacional


Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Zenón Ochoa formó parte activa de aquella recordada Liga Nacional Mexicana que el 14 de marzo de 1946 fue reconocida como el primer circuito azteca en el béisbol organizado y en cuya presidencia estaba Fernando N. Maldonado.

La Liga Nacional era considerada hasta ese año clase B y tuvo por equipos a Chihuahua, Cd. Juárez, que fue el campeón, El Paso, Texas y de la Cd. De México.

El circuito se fundó en 1944 pero para el 47 dejó de funcionar y según se dice, fue apoyada por las Ligas Mayores para presionar a Jorge Pasquel a fin de que desistiera de contratar a sus jugadores, versión de la cual no está de acuerdo Zenón.

Cabe destacar que la Liga Mexicana trabajó como Independiente de 1925 a 1954 ya que el 25 de enero de 1955, con clasificación A, fue admitida por la Nacional Association y luego a partir de 1967 ya fue reconocida como Triple A. (Enciclopedia del Béisbol Mexicano/Pedro Treto Cisneros).

Pero bien, mejor vayamos de nuevo a la interesante charla con el gran veracruzano miembro del Salón de la Fama del Deportista Sonorense y avecindado en esta capital:

Dejó a los Sultanes

Después de brillar y formar parte de los títulos obtenidos en la Liga Mexicana con Agrario (1935), Córdoba (1939) y Monterrey (1943) donde también fue subcampeón el 42 y el 44, en 1945 tras recibir un pelotazo en la cara durante la práctica de bateo que le ocasionó una fractura leve en la frente que le mantuvo inactivo unos 17 días, el 31 de mayo dejó al equipo para incorporarse a la Liga Nacional como mánager-jugador del equipo Parral donde por cierto capturó el título de bateo con .378.

“Me ofrecieron $700.00 de sueldo mensual, y pues no los iba a dejar ir ya que con Monterrey sólo ganaba $250.00”, expresó el gran Zenón.

Para la siguiente temporada fue invitado por Alejo Peralta para que también dirigiera y jugara con los “Aztecas”, tocándole el 14 de marzo estar en la jornada inaugural de lo que era el tercer campeonato de ese circuito en el parque Nonoalco de la Cd. De México.

“Sin embargo, el 27 de abril estando en Cd. Juárez se disolvió el equipo por pérdidas económicas, quedando los jugadores a disposición de la Liga para colocarnos en otros equipos”.

El 1 de mayo empezó a jugar con los Indios de Cd. Juárez y luego pasó a Saltillo, también como mánager-jugador.

Hazaña: Lanzó en relevo 16 1/3

Fue esa ocasión cuando tuvo memorable partido para Saltillo contra Cd. Juárez (14 de julio) lanzando desde la tercera entrada en relevo a Memo López por espacio de 16 1/3.

Ese histórico duelo quedó empatado a 7 carreras en el capítulo 19 por falta de luz natural del día. Por los Indios lanzó desde la décima Conrado Marrero, también jugador y timón de los aborígenes de esa época.

Respaldo de empresarios

Zenón dice que a la Liga Nacional la apoyaron los empresarios mexicanos “pero no creo que el béisbol de Ligas Mayores”.

Y dio ejemplos: cita que el equipo de Cd. Juárez fue patrocinado por el jefe de la Aduana; a Parral, un empresario minero y el de Saltillo, un gran comerciante de esa región.

Recuerda que en ese circuito vieron acción grandes jugadores, como Fernando “Cocuite” Barradas, Luis “Molinero” Montes de Oca, Víctor Manuel “Pingua” Canales, Memo Garibay, Memo López, Pepe Bache, Felipe “La Muñeca” Iturralde y peloteros procedentes de Cuba. “Algunos llegaron a la Ligas Mayores y otros tienen hoy nichos en el Salón de la Fama en Monterrey”.

“Jugábamos los fines de semana y “nos fajábamos”, entregándonos en cuerpo y vida ganándonos el pan de cada día”, expresa evocando aquellos días.

Domingo Santana

También recordó a Domingo Santana, de quien dijo fue un pelotero delgadito, muy fino, vivo e inteligente para jugar, además de gran segunda base.

“No le tenía ningún respeto a Martín Dihigo. Usaba un bat 33, “de botella” y le tocaba la bola cuando quería. Por ello, era común que “El Maestro” siempre le dijera, “oye chiquito, hazte un poquito para atrás, no quiero darte un pelotazo”.

Afirma que pocos conocen el hecho de que en 1961 Héctor Espino se hizo acompañar de Santana para hablar y tratar de convencer a Anuar Canavati de que le levantara el castigo porque lo tenía fuera de la temporada con los Tuneros de San Luis Potosí en la Liga Central, donde ganaba 2,500 con los Tuneros. El magnate regio sólo le ofrecía 1,800.

“Todos ya sabían del enorme poder y talento de Espino. Cuando estuvo en el parque Cuauhtémoc, yo estaba ahí como ampayer y después de que terminó el juego, fui a cenar y me encontré a Domingo Santana en un restaurante, acompañado de Espino: “Me lo presentó y me dijo: “va a ser muy bueno”.

Su máximo admirador

Santana era el mánager de los Tuneros, sucursal de los Sultanes en la Liga Central y era uno de los máximos admiradores de Espino. “Es joven y hará cosas realmente interesantes en la Liga Mexicana; está listo para iniciar una gran carrera”, advirtió en esos días.

Lo cierto es que finalmente en ese verano del 61 Canavati no le levantó el castigo con San Luis, por lo que los directivos del Club Naranjeros de Hermosillo viajaron a Monterrey para llegar a un acuerdo con el dueño de los Sultanes, quien accedió a la petición de que le volviera permitir que jugara en invierno con ellos donde una temporada antes había impactado por su enorme bateo.

En aquella campaña del 60-61 Espino había debutado con enorme éxito ayudando a Hermosillo a ganar el primero de dos campeonatos seguidos; esta vez con sus títulos de bateo (.380), jonrones (10), imparables (70) anotadas (37), perdiendo la Triple Corona al quedar segundo impulsadas (38) por las 41 de su compañero de equipo, Juan de Dios Villarreal. Y no fue Novato del Año porque ese premios e lo dieron a Héctor Rodríguez, de los Rieleros de Empalme, quien ¡sólo bateó .232 milésimas!

La historia que seguiría en el verano del 62 con los Sultanes, –“ya en paz” con Anuar – iba a ser también formidable: su enorme liderazgo ofensivo llevaría de la mano a su quinto banderín en su historia; algo que no gozaban desde la lejana campaña del 49. Espino obtendría ese año los premios como Novato del Año y JMV… nomás.

Y lo que falta…

Hasta aquí esta vez con la historia de Zenón; pero déjeme decirle algo más: además de su faceta de ampayer, de lo que ya he escrito en su oportunidad, faltará publicar su otra etapa en su notable carrera: la de promotor de béisbol infantil.

Sin duda, como siempre ha dicho su amigo y admirador de la bella Alvarado, Marcelo Mojica Cruz, “A Zenón lo podemos conceptuar como todo un trabajador, incansable, del béisbol”.

Imagine todo eso, toda una vida dentro del deporte rey que inició como pítcher aficionado en 1932 en su natal Alvarado, a la ribera del hermoso Río Papaloapan.

Zenón Ochoa, sí, hoy significa toda una leyenda viviente a través de generaciones y del béisbol actual.

CHARLA CON ZENON

Al Bat

Zenón y…¡Ernesto Carmona!


Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

(Segunda de tres partes)

Zenón Ochoa tiene en muy alta estima a Lázaro Salazar, ubicándolo en el tiempo como el mejor mánager extranjero que haya llegado a nuestro béisbol mexicano.

Sin embargo, de aquella época de los 30´s y todavía hasta mediados de los 50´s, dimensiona y brinda noble reconocimiento a otros notables “cerebros” como Ernesto Carmona, Agustín Verde, Manuel “Shorty” Arroyo, Guillermo “Yamo” Ornelas, Manuel Ontiveros, “Homobono Márquez, “Goyito” Valdez y Horacio “Lechón” Hernández.

De ello, se detiene para honrar la memoria de Ernesto Carmona Verduzco, fundador en 1940 junto con Salvador Lutteroth del equipo “México, de quien dijo …¡era muy espectacular!

“Le gustaban los chistes, las bromas; era muy locuaz y alegre, pero al mismo tiempo, sagaz, astuto, agresivo y muy inteligente en la toma de decisiones. Además, le distinguía su espíritu combativo”.

Recordó que una vez fueron a saludarlo –acompañados de Manuel “Popeye” Salvatierra–en la Cd. De México y al decirle que iban a jugar en Tampico, les dijo:

“¡Ay…..! ¡Ya verán cómo les van a tirar curvas porque allá están Chet Brewer y “Cochuihuila” Valenzuela; pero no importa: se van por la carretera vieja y con tantas curvas que tiene, pues ya van a ir más que preparados!”.

Reconoce que Carmona, quien en 1971 ingresó aL Recinto Sagrado en Monterrey, fue un gran mánager con los Rojos del México. “Nos quería mucho; nosotros también sentíamos hacia él lo mismo”.

“Mira, lo que nos decía: : “bueno, a tirar la “basura”, niños; el que tenga miedo, que la tire desde antes”.

También cuenta de que cuando la porra del Aguila estaba por la primera o la tercera, rápido se acercaba para “agitarla ” .

“Miré una fotografía donde aparece con los Cardenales de San Luis vestido de pelotero. No se si hizo entrenamiento o nomás se puso el uniforme para la foto. ¡La verdad, no recuerdo haberlo visto con Cardenales!, acotó advirtiendo que pudo haber sido otra de sus grandes bromas.

El hombre de la “V”

También se fue a la distancia en el tiempo y recordó que a Carmona le llamaron “El Gran Rojo”, “El Marqués de San Basilio” y “El Hombre de la V” porque nunca utilizó número alguno en su franela, sino más bien esa letra ¡que quizá significaba la “V” de la victoria o de su segundo apellido Verduzco”.

Don Ernesto Carmona, recordemos, junto con Alejandro Aguilar Reyes, “Fray Nano”, serían fundadores de la Liga Mexicana al cantarse el “¡pleybol!” el 28 de junio de 1925 en el Parque Franco Inglés de la ciudad de México, terminándose así con los campeonatos de Primera fuerza que prácticamente era profesionales.

En ese histórico día el México al mando de Eduardo “Gualo” Ampudia derrotó en 14 episodios -5 al Agraria de Carmona. El umpire principal lo fue Gabriel Atristáin.

Los otros equipos fueron El Aguila de Agustín Verde; 74 Regimiento con sede en Atlixco, dirigido por el general Andrés Zarzoza; Guanajuato por Jesús García y Nacional, de Genaro Casas.

Se vistió de Rojo

Zenón jugó con los Rojos del México en el 41, pero fue en el 48 cuando dirigido por Carmona tuvo un gran año al batear .251, logrando ser el mejor primera base defensor con porcentaje de .992.

Para el 49 lució la franela del Aguila de Veracruz que estuvo al mano de Eustaquio “Taco” Martínez. Ahí bateó .314 entre julio y octubre.

Pero, no se mueva que la historia no termina aquí con este gran hombre, gran pelotero ¡y amigo de todos los tiempos!

ZENON OCHOA

Al Bat

Zenón Ochoa: ¡Honor en el tiempo!

Zenón Ochoa pide se honre a aquellos peloteros cubanos que llegaron a México en los 30´s.

Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

(Primera parte)

De nuevo, gran privilegio de poder charlar con Zenón Ochoa en la intimidad de su hogar, junto a su “rinconcito que es un museo de béisbol”.

¡Tópicos?: lo que fue la Liga Nacional a mediados de los 40´s; la personalidad de Ernesto Carmona y los Rojos del México; de Domingo Santana, “que no le tenía ningún respeto a Martín Dihigo” y cuando recomendó y llevó a Héctor Espino “para que le hicieran una prueba” en el Parque Cuauhtémoc de los Sultanes de Monterrey…

La agradable plática se extendió hacia otros personajes y hechos históricos de la pelota mexicana, pero esta vez el tema se enfocará hacia un aspecto del todo relevante por el contenido humano que encierra.

Se trata de que pide se rescate, reconozca, honre y difunda la memoria de todos aquellos grandes peloteros cubanos que llegaron en la década de los 30´s a jugar a nuestro béisbol y quienes, en su mayoría, rindieron tributo a la madre tierra en nuestro país.

“Sería algo así como un homenaje a todos ellos que se ausentaron de sus queridos hogares en busca del pan de cada día… con muchos de ellos sin nuca regresar al lado de sus familiares”.

Todos ellos “llegaron en barco a México, ya sea a por Mérida, Progreso, Campeche o Veracruz; con algunos abrieron camino en el sureste cuando se viajaba en camiones de carga y, otros también de gran talento que se instalaron de inmediato en la Liga Mexicana”.

¡Que si los conoció!

A Zenón le tocó jugar y competir con muchos de ellos, como en aquel 1934 en Río Blanco en un campeonato regional y después en el Agrario en 1936.

Félix Zulueta

De aquella pléyade de jugadores recuerda a Félix Zulueta:

“Jugué mucho contra él en la Liga Petrolera y para mi que pudo haberse establecido como una estrella de la Liga Mexicana. Fue un gran jardinero, volaba en los senderos, buen brazo y excelente bat, además de ser amigable y tranquilo”.

A Zulueta, emocionado y sensibilidad reflejada en sus ojos al saber de un amigo, le envió un saludo, expresándole “¡Aquí estamos, camarada; y ya sabes, me da mucho gusto saber que estas en la pelea, felicidades!”.

“Lechón” Hernández

Otro fue Horacio “Lechón” Hernández:

“Lo conocí cuando tenía más de 50 años de edad; era instructor y entrenador del Agrario, mi primer equipo en 1935. Supe que fue muy buen receptor, lanzador y ampayer; muy inteligente; sabía de la a la z de béisbol y me enseñó muchas cosas buenas que me sirvieron en mi carrera como pelotero. Un buen viejo”.

Otro fue Gregorio “Gollito” Valdez, de quien dice que como jugador fue muy buen jardinero y luego instructor y entrenador de Tránsito, equipo en el que Zenón participó en 1937.

También conoció a José Jakinet, tercera base y jardinero; a Manuel Aguiar, outfielder y los hermanos Agapito y Ricardo Lazaga, excelente bateador zurdo y gran pítcher que terminó su carrera como ampayer, respectivamente.

También están los receptores Frank Casanova, Dilio Rodríguez, Angel Jarrín, “Gallego” Cruz; “Papi” Ferrer; “Pititos” Crespo, hermano de Alejandro Crespo; Mario Salazar y los lanzadores Berton Hunter, Wenceslao González, Ramón Correa y Sixto Echeverría.

Otros son Aquilino López, tercera y fuerte bateador derecho; Marcelino Bauzá, campo corto; Rafael Pedrozo, cátcher de lo mejor; Angel Arencibia, primera base zurdo; Avelino Catalá, jardín y pítcher; Jacinto “Jiqui” Roque, del Agrario en 1936 y El Aguila, 1939, un gran cácther y jardinero, entre otros que al no jugar en la Liga Mexicana se quedaron en equipos de la región petrolera en el sureste de México.

Dihigo, Bragaña, Salazar…

Por supuesto que en esa lista de oro están Ramón Bragaña, Martín Dihigo, Luis Sansirena, el eterno coach de Monterrey; Lázaro Salazar, Manolo Fortes, Julio Alfonso, Virgilio Arteaga, Silvio García, Manuel “Cocaína” García, Santos Amaro, Luis Tiant, padre, Adolfo Luque, Leonel aldama, entre otros grandes de aquella época.

“Me gustaba mucho platicar con Luque cada vez que tenía oportunidad. Sabía mucho de béisbol y le gustaba enseñar. El me dijo una vez que el pelotero tenía que hablar de pelota porque de eso vivía”.

Recordó que a Adolfo Luque se le conocía en Cuba como “Papá Montero”, mientras que en México, “Zorro Plateado”. En EU, era Dolf, ya sabe usted eso, como fue Bobby con Beto Avila y así por el estilo.

Para Zenón Ochoa, quien el próximo 23 cumplirá 96 años, es muy satisfactorio recordar a todos esos jugadores algunos de los cuales están en el Salón d ela Fama del Béisbol Profesional en México.

“A todos ellos les aprendimos muchas cosas cuando no había academias; ah, y puedo citarte a otro: Manolo Borges, quien se preocupó mucho por enseñarme las técnicas de béisbol cuando estuve en Río Blanco, mi primer año jugando entre profesionales. De ahí me recomendó al Agrario, donde empecé en el béisbol de paga”.

Carta a Juan Filizola

En agosto de 1999 Zenón le hizo llegar una carta a Juan Filizola González, entonces director del Recinto Sagrado con sede en Monterrey, haciéndole la sugerencia de que se colocara una placa con el nombre de todos esos peloteros cubanos y de otros países que contribuyeron con su presencia y acciones dentro del terreno de juego al desarrollo del béisbol mexicano.

¡Vale!