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martes, 29 de mayo de 2007

Al Bat

Adiós al romanticismo


Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx


Dice bien el doctor Jaime Cervantes que en una época en que todo es negocio y dinero, en el béisbol de las Ligas Mayores ya son cotidianos los contratos que les otorgan a las franquicias por ponerle el nombre de una empresa a sus parques.

Y así es. Por ello, en la globalización de las compañías, los escenarios de béisbol no se han quedado atrás y firman contratos con estas empresas por sumas millonarias, solamente por anunciar a los parques con el nombre de sus corporaciones.
Los nombres originales son cambiados por dinero, con el nombre de las empresas. Incluso, alguna gente millonaria da ayuda, por ejemplo a un hospital, pero en respuesta, esa institución le asigna el nombre de su benefactor.
Señala que en el caso del Houston Astros que la Coca Cola pagó 100 millones de dólares por ponerle el nombre de Minute Maid Park y mucha gente se ha preguntado, ¿por qué no le pusieron ellos Coke Park?

Hace algunos años, la Network Associates pagó para que su nombre se le pusiera al Oakland Baseball Park y por 13 millones de dólares, este escenario cambió su nombre de Network Associates Coliseum por McAfee Coliseum.
Lo mismo pasó con el parque de Arizona Diamondbacks; el Bank One Corporation tenía los derechos del nombre del estadio, firmó con J.P. Morgan Chase & Company en 2004 y se cambió de Bank One Balpark por el de Chase Field.
También sucedió algo semejante con el Parque de San Francisco Giants que le pagaron 102 millones de dólares para que se le pusiera el nombre de AT&T Park... por cierto, la sede del Juego de Estrellas 2007.

Petco, otra de las grandes compañías transnacionales, pagó 60 millones de dólares para que bautizaran con su nombre al parque de San Diego Padres Petco Park.

Enriquecimiento del espectáculo

Ya lo he dicho: al presentarse esa nueva ola de estadios de béisbol en Ligas Mayores, sin duda que se presenta un vigoroso horizonte en el enriquecimiento del espectáculo y una adaptación lógica a la modernidad de frente al siglo 21.

Los nuevos parques también representan para los equipos la posibilidad de estabilizarse económicamente, a fin de penetrar con más comodidad al exclusivo mundo del talento millonario en que se han convertido cotizados peloteros, quienes van por contratos multianuales.

Por ello, no extraña que los nuevos escenarios adopten nombres de sólidas firmas comerciales, bancos o grandes empresas y compañías, lo que aunado a las concesiones, derechos de publicidad y transmisiones por televisión, ayudan a mejorar la economía de los 30 clubes ligamayoristas.

Algo también significativo en este proceso de modernización es el hecho de que también permite a los contribuyentes a participar en la construcción de estos nuevos parques, los que incluso están revitalizando los centros de las ciudades donde han sido edificados.

Comunión entre béisbol, y familia

En esta nueva época, sin duda hoy irrumpen en el firmamento de Ligas Mayores modernos escenarios para jugar béisbol, representando nuevos modelos retros basados en las estructuras anteriores, grama natural, jardines asimétricos, aire libre y techos movibles que enseñan la concepción ideal de un parque para jugar pelota y que permitan una mayor comunión entre el bésbol y la familia.

El concepto moderno es de que “ya no sólo se trata de ir a ver jugar beisbol”. Se vuelve al pasto natural con todo y estadios techados, pero con estructuras retráctiles para cuando se presente la lluvia o haga demasiado calor que permita utilizar el aire acondicionado, que le dan una nueva fisonomía y ambiente para el gozo del espectáculo del deporte rey.

Revolución de estadios

En medio de esta revolución de construcción y remodelación de sus estadios, Nueva York no podía quedarse al margen luego de que otra gran franquicia, San Luis, Missouri, inauguró con 400 millones de dólares en el 2006 su nuevo y flamante estadio, el Busch Stadium.

Ya es oficial que los Yankees y Mets tendrán sus nuevas moradas: El nuevo estadio de los Mulos está valuado en 800 millones de dólares, mientras que los Metropolitanos en 615.

El estadio de los Mulos será edificado al lado del actual Yankee Stadium, en el Bronx, e incluye una nueva estación de tren, nuevos estacionamientos, además de impulsar una gran actividad comercial y recreativa en el entorno.

Para el nuevo escenario de George Steinbrenner, la ciudad y el estado de Nueva York se han comprometido a aportar 215 millones de dólares, aunque hay quienes ven que el costo podría ser de 400.

El nuevo recinto se ubicará en las proximidades del actual y tendrá una capacidad para 50.800 espectadores y posibilidad de ampliarla en 3.000 asientos más, con unos 30 mil de ellos teniendo mejor visibilidad de las acciones y más proximidad al terreno de juego, un aspecto que hoy se estila en los nuevos y modernos estadios de béisbol.

Una gran parte del actual estadio de los Yankees -flamante morada y eterna tradición hecha béisbol- con capacidad para cerca de 57.000 aficionados, se salvará del derribo y el recinto se transformará para que puedan usarlo equipos de béisbol de divisiones menores.

Al nuevo estadio de los Yankees se le quiere dar un aspecto similar al que tuvo el original, edificado en 1923 y que fue sometido a una amplia remodelación a mediados de los setenta (1973) y de cuerdo al proyecto, sólo la pared exterior del estadio será una réplica de la del Yankee Stadium original, construido en 1923.

A semejanza del Ebbets Field

En el caso del próximo estadio de los Mets, lo interesante es que quieren tener un escenario a semejanza de aquel Ebbets Fields que perteneció a los Dodgers de Brooklyn hasta antes de mudarse en 1958 a Los Angeles.

La idea es evocar aquella memorable época de los “Vagabundos" y unir el pasado con el presente, con una estructura y arquitectura al estilo de cómo se están construyendo actualmente los nuevos escenarios para jugar béisbol.

Los Mets estarán pagando por su nuevo parque unos 700 millones de dólares y esperan que la ciudad aporte 90 en fondos de capital, en tanto el estado, 75. El proyecto es que el parque también esté listo para el 2009, ubicado en lo que actualmente es el estacionamiento del Shea Stadium.

El nuevo estadio en Queens tendrá capacidad para 45,000 personas, en lugar de las 57,333 que permite el actual estadio. Los Asientos serán un poco más anchos y tendrán más espacio para estirar las piernas. Además, habrá palcos de lujo, baños y restaurantes.

En Minnesota

A los Mellizos de Minnesota también ya les aprobaron un plan financiero para construir un estadio abierto para dejar de compartir el Hubert H. Humphrey Metrodome con los Minnesota Vikings de la NFL y con el equipo universitario de football de la Universidad de Minnesota.

El presidente de Twin Sports, Inc., ya anunció que el nuevo estadio de 522 millones de dólares de los Mellizos, será pagado mayoritariamente por impuestos públicos y tiene una apertura estimada para el 2010.

Para los jugadores, fanáticos y casi todos los que regularmente han asistido al Metrodome en las últimas dos décadas, no ven la hora de que llegue el nuevo estadio.

El estadio con capacidad para 42,000 personas será fundado gracias al aumento de impuestos en un 0,15 por ciento en el Condado de Hennepin, y a los 130 millones de dólares del dueño Carl Poblad. Estará en el oeste de la zona céntrica de Minneapolis, a pocas cuadras del Target Center, donde juegan los Timberwolves en la NBA.

Faltan en Boston y Chicago

Las dos franquicias que más necesitadas están de nuevas casas, Cachorros de Chicago y Medias Rojas de Boston, parecen no haberse enterado del movimiento, así como tampoco de la llegada del siglo XXI.

Desde que los Azulejos de Toronto inauguraron el Skydome, el primer estadio de techo retractable, en 1989, otros 16 parques fueron construidos y uno (Anaheim) fue reconstruido y modernizado.

Sin embargo, los Medias Rojas y los Cachorros, dos de las franquicias más populares del béisbol, se mantienen jugando en los medievales Fenway Park y Wrigley Field.

Es cierto que las dos instalaciones, levantadas en 1912 y 1914, respectivamente, forman parte de la historia del béisbol mismo, pero actualmente lucen más como un atraso que un atractivo.

Ya luego seguiremos con este relevante tema.

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